En el mes de noviembre de 1994 coordiné una mesa redonda, como director del periódico que dirigía. A cuatro meses del atentado a la AMIA, asumimos una posición de denuncia de lo que ya percibíamos era una política gubernamental de desvío y adormecimiento de las investigaciones, con el aval de Israel y Estados Unidos.
Las intervenciones de los periodistas de investigación Rogelio García Lupo y Joe Goldman, sintetizadas en esta edición de diciembre de 1994, cobran hoy relevancia histórica. En particular, para demostrar que ya entonces existían advertencias directas sobre el encubrimiento en curso y sobre sus posibles motivaciones. Y que -claramente- es falso que la llamada "pista siria" es un "invento del kirchnerismo", como por estos días se ha escuchado en la sala de audiencias de Comodoro Py, y en ocasiones repiten ciertos operadores mediáticos.
El fallecido García Lupo -además- había publicado antes del atentado notables anticipaciones de lo que podría ocurrir, tal como transcribí en mi libro "La Explosión".
En este debate, con conocimiento de causa y refiriéndose a "pactos preexistentes", pronosticó sin dudar:
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Por su parte, Joe Goldman -de origen norteamericano, coautor del primer libro sobre AMIA, "Cortinas de Humo", escrito junto a Jorge Lanata cuando aún se saludaban- señaló también el rol de Al Kassar, la existencia de una Trafic "plantada" y el penoso papel "de los yanquis" en esta cuestión.
A continuación, las partes centrales de esa crónica: