BRINDANDO SOBRE LOS ESCOMBROS

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  Información contra el encubrimiento. A 30 años del atentado a la AMIA, la impunidad y el ocultamiento de lo sucedido tiene responsables. E...

domingo, 1 de febrero de 2015

LA DAIA, NISMAN, Y LA EMBAJADA DE EEUU.


Cuando en el año 2008 el fiscal Nisman pidió el procesamiento de Menem, Anzorregui, Palacios y otros por encubrimiento, la DAIA, preocupada, criticó ácidamente esa actuación del fiscal, mediante una visita de su principal operador político a la embajada de EEUU. Así lo recordé en esta nota de abril de 2011. Luego todo volvería a su cauce, incluyendo las disculpas del propio fiscal a la embajada, según otros cables posteriores de Wikileaks. 



LOS SECRETOS DE LA DAIA
por Horacio Lutzky *

Un cable de la embajada norteamericana del 22 de marzo de 2008 obtenido por Wikileaks y difundido por Página/12 señalaba que funcionarios norteamericanos habían “recomendado” durante los dos años anteriores al fiscal Alberto Nisman que se concentrara en investigar a los perpetradores del atentado a la AMIA y que no lo hiciera respecto de los que cometieron irregularidades en la investigación, es decir Menem, Galeano, Anzorreguy y Palacios entre otros. El pedido de detención de esos y otros involucrados en el encubrimiento presentado por el fiscal el 22 de mayo de 2008, motivó al día siguiente un encuentro reservado entre el operador político de la DAIA Alfredo Neuburger y miembros de la embajada de Estados Unidos. Según el cable de Wikileaks, Neuburger les dijo a los funcionarios que el pedido de procesamiento a Menem y otros por el encubrimiento es en realidad un intento del gobierno de sacar de la tapa de los diarios el conflicto con el campo y la inflación, y transmitió a sus interlocutores en la embajada que la dirigencia de la DAIA estaba sumamente preocupada por que la causa AMIA fuera nuevamente usada para dirimir cuestiones domésticas. Las revelaciones del cable de Wikileaks no deberían causar sorpresa. La actuación de Neuburger como principal operador político de la DAIA para tratar de impedir que se investigaran las maniobras irregulares de la causa AMIA arranca desde el mismo comienzo de las oscuras negociaciones entre Beraja y el menemismo. Pero sus gestiones se volvieron mucho más necesarias para el grupo de tareas que propició la historia oficial desde que Néstor Kirchner resultó electo presidente de la Nación -tras la bochornosa defección de Menem a la segunda vuelta de la elección- y de inmediato dio luz verde para avanzar en la investigación del encubrimiento. Con De la Rúa todo había resultado más fácil, y los dirigentes judíos hasta habían logrado la remoción de Nilda Garré al frente de la comisión de seguimiento de las investigaciones del atentado, cuando Garré comenzó a molestar revisando las irregularidades en la investigación, el encubrimiento y la pista siria. Pero para desgracia de los seguidores de Rubén Beraja, en el 2003 la situación cambió: los garantes políticos del encubrimiento que involucra a la DAIA habían perdido todo poder, tornándose imprescindible apelar al apoyo y a la presión de factores del exterior.

La DAIA resolvió entonces llevar su preocupación al Congreso Judío Mundial. La circunstancia que la flamante primera dama fuera la senadora Cristina Fernández de Kirchner, quien integró la comisión del Congreso nacional de seguimiento de las investigaciones, con una mirada muy crítica entonces sobre lo actuado por el juez Galeano y por la propia dirigencia judía, no debe haber tranquilizado al equipo del titular de DAIA José Hercman, quien poco tiempo antes había homenajeado al hoy procesado comisario “Fino” Palacios por su “contribución” con las investigaciones. Así fue que en la reunión del Ejecutivo del Congreso Judío Mundial realizada el 19 de mayo de 2003 en Jerusalem, la DAIA estuvo representada por José Hercman y su asesor político Alfredo Neuburger, el mismo mencionado en los cables de Wikileaks. En el marco de la sesión plenaria del CJM, la DAIA sostuvo en su desesperada y falaz presentación: “Con respecto a la investigación y al juicio por el ataque al del edificio de la AMIA-DAIA en 1994, hay dos puntos principales que deseamos subrayar: Fuimos víctimas de la peor masacre de judíos de cualquier parte del mundo desde la Shoá. La Corte ha determinado, sin duda alguna, que el ataque fue ideado por los más altos funcionarios del gobierno de Irán, incluyendo su líder espiritual, Ali Khamenei y al ministro de Inteligencia, Ali Falahian, entre otros, quienes han utilizado operativos del la organización terrorista Hezbollah, incluyendo al suicida, y a células fundamentalistas islámicas dormidas locales junto con policías y civiles corruptos. (...).Finalmente, en el marco del juicio oral y público en el cual también se juzga a los encubridores locales, nos preocupa que los tres jueces estén más avocados “investigando la investigación” que se hizo previamente, que a buscar la verdad y sancionar a los acusados, cuya responsabilidad está acreditada. Estamos solicitando a este Cuerpo que incluya una declaración en su Informe Final, que refleje esta preocupación. No cesaremos nunca en nuestros esfuerzos por encontrar toda la verdad y de llevar a todos los responsables a la Corte de Justicia, cualquiera sea el tiempo que nos tome lograrlo. Es nuestro deber moral hacia nuestros mártires; contamos con vuestro apoyo” (SIC). Frente a tan conmovedor pedido de “apoyo” de la “representación política de la comunidad judía argentina”, el Consejo Ejecutivo del Congreso Judío Mundial emitió con fecha 19 de mayo de 2003 la siguiente Resolución: “La responsabilidad de la República Islámica de Irán en la planificación y ejecución del atentado contra el edificio de la AMIA-DAIA en 1994, en el cual se perdieron 85 vidas, ha sido fehacientemente determinada. El Congreso Judío Mundial exhorta a la comunidad internacional que denuncie y sancione a Irán económica y políticamente, y desde una perspectiva legal, como un Estado promotor del terrorismo y de organizaciones terroristas, y que exija que el Gobierno de Irán se someta a la ley y cumpla con la solicitud de la justicia, si aspira a ser considerado como un miembro aceptable de la familia de naciones. El Congreso Judío Mundial comparte la preocupación de la comunidad judía argentina con respecto al lento avance de la investigación a cargo del juez de instrucción, así como respecto a la marcha del juicio oral en curso, que por momentos diluye el principal objetivo: descubrir la verdad y castigar a los responsables". El objetivo principal de presionar al Tribunal Oral para no investigar el encubrimiento fue matizado esta vez con una tibia crítica al juez de instrucción por el “lento avance”. Igualmente seguirían defendiendo al juez Galeano hasta su destitución.
En esa misma semana de 2003 en que la DAIA, con su asesor político Neuburger, en un acto de ilegítima defensa pedían que no se investigue la investigación, Néstor Kirchner asumió la presidencia,la SIDE, que estaba bajo la jefatura de Miguel Ángel Toma, pasaba a ser dirigida por el diputado Sergio Acevedo, quien junto a las diputadas Carrió y Garré, había sido uno de los impulsores del intento de juicio político a los miembros de la Corte iniciado en el 2001, entre otros temas, por la no investigación del atentado a la Embajada. Y mientras la DAIA aún se encontraba distribuyendo la resolución de “apoyo” a su pedido de no investigar la investigación, a pedido de la AMIA conducida en ese momento por Abraham Kaúl, Kirchner firmó el 5 de junio de 2003 un decreto que liberó de secreto los sumarios internos de la SIDE que habían sido pedidos por el Tribunal Oral Federal Nº 3.
Paradójicamente, las investigaciones de las trapisondas de la SIDE habían comenzado cuando el ex prosecretario del juez Galeano, Claudio Lifschitz, denunció irregularidades gravísimas y actos de encubrimiento provenientes tanto de los servicios de inteligencia cuanto del propio juez. Pero la reacción de la DAIA y de la AMIA en ese momento fue querellar a Lifschitz pidiendo prisión contra él por “violación de secreto”. Estos son tan sólo algunos de los muchos jalones en la larga y militante tarea de la DAIA a favor del secreto y el ocultamiento, accionar del cual los cables de Wikileaks son apenas una prueba más.¿Llegará la hora en que estos lobistas de intereses secretos tengan que dar cuenta de su bochornosa actuación? 
*Abogado, autor del libro “Brindando sobre los escombros” . 

(Publicado en revista "CONVERGENCIA" N° 41  del 15-04-2011)

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