"Y con
el provisional agregado de nuevos voluntarios,
como el abogado Agustín Zbar, ex
procurador de la ciudad de Buenos Aires,
que pasó a militar en la
DAIA con el apoyo de religiosos ortodoxos alineados con
Beraja. Previamente tuvo un controvertido paso en la gestión de Aníbal Ibarra
por el gobierno de la ciudad, donde fue
removido de su cargo de Subsecretario de Justicia tras ser acusado de favorecer
a la empresa Mac Donald´s en un caso de hamburguesas contaminadas[1],
siendo que dicha empresa era cliente de un estudio de abogados del cual Zbar
formó parte.
En la
DAIA logró ser designado como “asesor” para el seguimiento de
las investigaciones judiciales, y desde allí desplegó denodados esfuerzos en
neutralizar la investigación del encubrimiento que quita el sueño a la
dirigencia judía de la década menemista.
El fiscal Alberto Nisman, a cargo
de la acusación, decidió querellarlo
penalmente porque afirmó haber sido coaccionado por Zbar el 22 de mayo de 2009
para que no continuara investigando esa turbia historia. Según afirma el fiscal, lo había amenazado telefónicamente,
diciéndole que si no paraba de investigar al destituido juez Galeano y a los ex
fiscales “te tiro la comunidad encima”. Ante la querella promovida, se presentaron como defensores de Zbar los
abogados Jorge Kirszembaun (el ya mencionado ex presidente de DAIA, asesor de
Beraja, defensor penal además de Fernando de la Rúa) y Juan José Ávila. Este último actuó en el juicio oral por el
atentado, defendiendo en nombre de la AMIA lo realizado por el ex juez
Galeano y sus adláteres, codo a codo con
la abogada Nercellas. Las pruebas de
Nisman resultaron insuficientes, pero el
conflicto quedó en evidencia.
Zbar
intentó en el 2009 convertirse en presidente de DAIA, pero a último momento retiró su candidatura
al no reunir los apoyos suficientes,
aunque acusando al fiscal Nisman de ser el causante de su
defección.
La
mayoría de los abogados mencionados en este capítulo, son renombrados y muy costosos profesionales
del foro porteño. Pero con una experiencia marcada predominantemente por la
defensa de personajes situados en las antípodas de la búsqueda de verdad y
justicia contra el poder. Los
principales clientes de sus estudios son
o han sido el poder.
Supieron
poner, a lo largo de todos estos años,
todos sus engranajes en defensa de la historia oficial de la causa AMIA. Demasiados esfuerzos. Demasiados recursos.
¿Qué
están protegiendo? (...)"
("Brindando sobre los Escombros", págs. 47/9)
[1] El caso se inició el 27 de agosto de
2001, cuando cuatro locales de la cadena fueron clausurados -luego de la
denuncia de un consumidor- por vender el tradicional producto McPollo presuntamente
contaminado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario