BRINDANDO SOBRE LOS ESCOMBROS

LA CENSURA QUE DERRIBÓ UN CANAL

LA CENSURA QUE DERRIBÓ UN CANAL

El primer programa de la dirección de noticias del canal de cable ALEF NETWORK fue emitido en 1995,  días antes del primer aniversari...

viernes, 11 de noviembre de 2016

LAS RAZONES OCULTAS DEL ENOJO DE LA DAIA CON LOS KIRCHNER

Néstor Kirchner saludado en un acto por el aniversario del atentado a la AMIA

El ex titular de AMIA Abraham Kaúl con miembros del Congreso Judío Americano y Néstor Kirchner

“EL HURACÁN KIRCHNER”

Muchos creen que el ensañamiento de la DAIA con el kirchnerismo se originó en la firma del fallido memorándum con Irán impulsado por el gobierno de Cristina.  La realidad es bien otra:  esta historia comenzó apenas 10 días después de la asunción de Néstor Kirchner como presidente de la Nación el 25 de mayo de 2003  Entre las primeras dramáticas medidas que tomó el por entonces casi ignoto nuevo presidente  -revolucionarias para ese momento argentino-  hubo algunas referidas a la causa AMIA que preocuparon muchísimo a los encubridores y a sus cómplices.  Entre ellos la DAIA.   Particularmente, que el 5 de junio de 2003 haya firmado un decreto que liberaba del secreto de Estado los sumarios internos de la SIDE que eran pedidos por el Tribunal Oral Federal 3,  en lo que sería el primer paso (seguido de otros) para demostrar el pago ilegal al preso Telleldín de una coima de más de US400.000 para comprarle una declaración y desviar la investigación, maniobra que contó con el consentimiento del liderazgo de la DAIA.
La siguiente crónica la escribí en aquellos mismos momentos,  a semanas de la asunción del nuevo presidente, como parte de un breve libro ("CASO AMIA - LA DEUDA INTERNA”) dedicado al 9º aniversario del atentado y publicado en julio de 2003.



Para la mayoría,  Kirchner era todavía una incógnita.   Y para la dirigencia de la DAIA una fuente de temor, ante las primeras demostraciones de rebeldía frente a las corporaciones.     A continuación, transcribo extractos de esos párrafos,  tal como fueran publicados en el 2003,  que revelan cómo el reducido y sectario grupo de avispados dirigentes que se arrogan la “representación” de la comunidad judía, sintió en el patagónico una amenaza a la red de silencio tras la que se escuda hasta el día de hoy.

El material publicado originalmente es más extenso y suma una notable cadena de episodios similares a lo largo de los meses siguientes,  incluidos en parte en ese primer trabajo,  y luego en mi libro “Brindando sobre los Escombros” (Sudamericana, 2012).  Su discusión es necesaria para procurar comprender el origen del alineamiento político de la DAIA hasta la actualidad, donde funciona sin disimulo como el brazo judío del PRO.   Ese posicionamiento es muy anterior a las operetas de los últimos años,  que no son más que revanchas y actuaciones en defensa propia por parte de esta cuestionada institución.   Entidad que desde hace décadas dejó de encarnar los valores que justificaron su creación,  y que tiene entre los procesados por encubrimiento a uno de sus presidentes, su líder históricamente más carismático,  Rubén Beraja.  

FRAGMENTO DE “CASO AMIA- LA DEUDA INTERNA”,  JULIO 2003: 
CAPÌTULO III,  “LA ENTREGA DE LA DAIA”
(…)
En este tema, una vez más, la querella oficial y “Memoria Activa” se han mostrado con serias diferencias, que hasta la llegada de Kirchner a la presidencia de la Nación parecían quedar relegadas al anecdotario del juicio.  Pero algo cambió. Y en la DAIA surgió una profunda preocupación. Ya en los primeros meses de audiencias del juicio oral para todos quedaba claro día a día que tal o cual prueba había sido aportada por la SIDE, o que determinados elementos habían sido extraviados, o que ciertos testigos habían sido “visitados”, o que existían investigaciones cuyos resultados se desconocían, etc. Cuando la querella de “Memoria Activa” pidió que se cite a declarar al ex jefe de la SIDE y a una serie de miembros y planteó para ello la inconstitucionalidad de la ley secreta de Inteligencia primero, y luego de un decreto firmado por el presidente Duhalde, la abogada de la DAIA no se manifestó de acuerdo con cuestionar la validez de esas normas.  El Tribunal Oral había ordenado las fundamentales declaraciones de 14 agentes de los servicios, y el levantamiento del secreto sobre los sumarios internos del organismo, pero la SIDE se negó y apeló la medida mediante recurso de Casación presentado por el entonces titular Miguel Angel Toma. Duhalde defendió por decreto la postura de Toma limitando, además, a unos pocos agentes la autorización y con limitaciones que en definitiva garantizarían que el secreto sobre lo realmente ocurrido seguiría imperando.(…) La abogada de la DAIA expresaba la línea de la querella, que ante el paulatino desmoronamiento del castillo de naipes oficial frente a los elementales soplidos de abogados, defensores oficiales y jueces del Tribunal Oral, comenzaron a criticar a los severos magistrados por “desviar del objetivo principal”. Por esos días se vivía la caída del menemismo, y una gran expectativa por los cambios por venir, después de una década de profunda degradación institucional, con la Justicia como uno de sus más penosos exponentes.  Pero lo que para muchos era una esperanza, era vivido por otros como una amenaza.  (…)      Una vez que Néstor Kirchner resultó electo presidente de la Nación tras la bochornosa defección de Menem a la segunda vuelta de la elección, la DAIA resolvió llevar su preocupación al Congreso Judío Mundial. La circunstancia que la flamante primera dama sea la pujante senadora Cristina Fernández de Kirchner, quien integró la comisión del Congreso nacional de seguimiento de las investigaciones y tiene una mirada muy crítica sobre lo actuado, no debe haber tranquilizado al equipo de José. Y eso que todavía faltaba lo mejor.
En la reunión del Ejecutivo del Congreso Judío Mundial realizada el 19 de mayo de 2003 en Jerusalem,  la DAIA estuvo representada por su presidente José Hercman, y su asesor político Alfredo Neuburger. En el marco de la sesión plenaria, el titular de la entidad fue invitado a exponer sobre la situación en Argentina y, en particular, sobre la investigación del atentado de 1994 y el juicio oral en curso.      La DAIA sostuvo en su desesperada presentación:  "(...) nos preocupa que los tres jueces estén más avocados “investigando la investigación” que se hizo previamente, que a buscar la verdad y sancionar a los acusados, cuya responsabilidad está acreditada”.   

EL HURACÁN KIRCHNER  
Mientras la DAIA en un acto de legítima defensa pedía que no se investigue la investigación, en Argentina se avecinaban cambios a toda velocidad. Néstor Kirchner asumió la presidencia el 25 de mayo de 2003, y sus primeros días fueron definidos como “electrizantes” por el nivel de cambios rotundos en la línea política imperante y en el perfil de las figuras elegidas para acompañar su gestión. La SIDE, que defendía sus secretos bajo la jefatura de Miguel Angel Toma, pasaba a ser dirigida por el diputado Sergio Acevedo, quien junto a las diputadas Carrió y Garré fue uno de los máximos impulsores del juicio político a los miembros de la Corte iniciado en el 2001, entre otros temas, por la no investigación del atentado a la Embajada.  En la cartera de Educación era nombrado ministro un reconocido especialista, Daniel Filmus. Es el primer ministro de Educación de origen judío de la historia argentina. El jurista, escritor y comprometido militante progresista Rafael Bielsa es designado Canciller, y numerosas otras nominaciones completan un elenco de un signo muy diverso al que hegemonizó el panorama político argentino durante la última eternidad.

Las medidas de las primeras semanas -que llegan hasta el momento de escribirse estas líneas- sorprendieron por su audacia, fundamentalmente al patear el avispero de las corporaciones afectadas por la corrupción. Al punto que la combativa Elisa Carrió le recomendó prudencia al primer mandatario. El increíble Presidente de la Corte Suprema -ex jefe de policía de La Rioja y socio del Estudio jurídico Menem- fue directamente confrontado por Kirchner, quien instó al Congreso a resolver el tema y se comprometió a instaurar un sistema transparente y público de selección y contralor de nuevos magistrados.
La camada de militares con más ligazón con la etapa de la dictadura militar fue pasada a retiro, y se abrió la confrontación para cortar el multimillonario desvío de recursos del PAMI controlado por el poderoso sindicalista Luis Barrionuevo. (...)

Mientras la DAIA aún se encontraba distribuyendo la resolución de “apoyo” a su pedido de no investigar la investigación, se produjo una verdadera revolución, sin su participación ni control: Kirchner, esta vez a pedido de la AMIA, el 5 de junio de 2003 firmó un decreto que libera de secreto los sumarios internos de la SIDE que habían sido pedidos por el Tribunal Oral. Y la noticia fue anunciada en la sala de prensa de Casa Rosada en conferencia de prensa al finalizar una reunión del presidente Kirchner, el secretario de la SIDE Sergio Acevedo y el ministro del Interior Aníbal Fernández con los directivos de la AMIA encabezados por su presidente Abraham Kaúl. Este último, no dudó en declarar que “por primera vez en nueve años el Estado argentino ha tomado el atentado a la AMIA como una causa del Estado argentino”.Y, por primera vez, una noticia de semejante envergadura no era anunciada por la DAIA.
El tema había vuelto a ponerse sobre el tapete cuando trascendió que la defensa de uno de los acusados por el atentado a la AMIA presentó documentación que prueba que cuarenta días antes del atentado a la mutual, la SIDE había “pinchado” sin orden judicial cuatro teléfonos de la Embajada de Irán y de su Consejero Cultural en Buenos Aires, Mohsen Rabbani, quien está vinculado al armado de la trama terrorista, y quien (ver capítulo 1) tuvo a su secretario político colaborando con Galimberti y la campaña presidencial de Menem.
La SIDE habría tomado la decisión de intervenir los teléfonos ocho días después de recibir un cable de Cancillería que alertaba sobre la posibilidad de un segundo atentado en la Argentina impulsado por Hezbollah.
Las cintas de esas escuchas telefónicas son uno de los tantos elementos que la SIDE ocultó a la Justicia. Y es una de las pruebas que demuestran que muchas de las escandalosas irregularidades denunciadas por los críticos de la investigación tienen base cierta. Irregularidades que excederían el propósito y la extensión de este trabajo referir, pero que hoy ya son advertidas incluso por quienes en la propia comunidad seguían ciegamente los dictados de la DAIA.  Kaul declaró que “si la SIDE tuvo un alerta significa que antes del atentado estaban trabajando. Y si del sumario interno que se hizo surge que luego hubo desvíos en la investigación, ocultamiento de pruebas y obstrucción de la Justicia, estaremos mucho más cerca de conocer la verdad”. Esta posición difiere radicalmente de la línea de la DAIA y acerca a la AMIA al discurso que sostiene desde hace años “Memoria Activa”.
Fuera de los discursos, habrá que ver cómo se resuelve esa contradicción en el Juicio Oral, por cuanto los abogados contratados por la AMIA forman una única querella unificada con la DAIA, a la cual siguieron paso a paso, claramente en contra de lo que actualmente manifiesta Kaul.
Paradójicamente, las investigaciones de lo ocurrido en la SIDE comenzaron cuando el ex prosecretario del juez Galeano, Claudio Lifschitz, denunció irregularidades gravísimas y actos de encubrimiento provenientes tanto de los servicios de inteligencia cuanto del propio juez.
La AMIA querelló a Lifschitz conjuntamente con la DAIA pidiendo prisión contra él por “violación de secreto”. ¿A quien sirve realmente semejante acción?.
¿Es más importante como valor jurídico el secreto que la verdad, en un atentado donde fueron asesinadas 85 personas?  Para algunos, evidentemente sí.
¿Quién soy? ¿Dónde estoy? 

La DAIA, sorprendida por el giro de los acontecimientos y ante la pérdida de protagonismo,  Emitió una declaración, con fecha 10 de junio de 2003, titulada Ejerciendo la representación política de la comunidad judía”. Allí plantean que   “El momento es oportuno para esclarecer a propios y extraños sobre el verdadero significado y alcances de la representación política de la comunidad judía, que también por decisión soberana de las instituciones comunitarias, la DAIA ejerce desde 1935. En primer término, aunque resulte obvio, la misión exige absoluta prescindencia político-partidaria, y el priorizar exclusivamente los elevados intereses y objetivos de los mandantes, los judíos argentinos, congregados en las más diversas y multifacéticas instituciones, que abarcan todo el espectro religioso, ideológico y social”.

Después de años de mimetización con el menemismo, la DAIA reclama un accionar que se efectúe “sin importar el color del gobierno de turno”.      El comunicado reclama que “el ejercicio cotidiano de esta sensible y delicada misión deber ser el producto de un meditado y profundo análisis, basado en información seria y confiable, y sustentado en valores y principios éticos enraizados en el humanismo y la tradición judíos. No hay lugar para actitudes producto de impulsos emocionales ni demagógicos. La función exige dialogar con los poderes de turno, pero, en un sistema democrático, no es atribución institucional la de decidir quién o quiénes son interlocutores potables, y quiénes no. Sería tan inadmisible como que las autoridades nacionales pretendieran decidir quien es su interlocutor comunitario. Los objetivos comunitarios se logran como producto de acciones inteligentes, a partir de decisiones adoptadas democráticamente por el cuerpo colegiado que conduce la DAIA, que por supuesto no excluyen los errores, que deben asumirse y enmendarse. Los resultados dependen de la perseverancia, de nunca perder de vista que la defensa de la comunidad judía es sagrada, y que al proteger los principios arriba expresados se está contribuyendo a construir un país mejor para todos”.      Quienes ponen tanto esmero en explicar “a propios y extraños” que son los representantes parecen, en realidad, efectuar un cabal reconocimiento de su falta de representatividad.  El derrumbe del menemismo, generó más de una crisis de identidad.          (...) 
En verdad la crisis de identidad, o de lealtades de la DAIA, afloró semanas antes de las elecciones a presidente de la Nación cuando todavía algunos pensaban que ganaba Menem,“en la primera vuelta”.
La DAIA organizó su tradicional ronda de candidatos, pero con Menem se reunieron previamente.

Fue demasiado, incluso para el grupo de familiares de las víctimas que aún actuaban en apoyo del accionar de la institución comunitaria y la querella oficial, sector que no participó de “Memoria Activa”:

“Cuando pensábamos que nuestra capacidad de asombro e indignación estaba colmada, volvemos a chocar con una realidad que nos da una bofetada y se burla de nuestro dolor. El lunes 24 de marzo, efeméride siniestra en nuestra historia, una delegación de la DAIA encabezada por su presidente, José Hercman, se entrevistó con Carlos Menem. La DAIA tuvo la oportunidad de elegir entre la ética y la dignidad humana, por un lado, y el protocolo, por otro. Evidentemente eligió el protocolo. A sus dirigentes les decimos: esa actitud ofende a nuestros muertos. A pesar de que se afirme que en la reunión se le reiteraron al ex Presidente duras críticas sobre la investigación, la actuación del Poder Judicial y la participación de miembros de fuerzas de seguridad en la concreción y/o encubrimiento de los atentados, repudiamos esa actitud conciliadora. Sabemos cómo Menem usará esa reunión en beneficio propio y cómo la DAIA asume una actitud contraria a los deseos de la comunidad a la que dice representar.  Hace tiempo que los Familiares estamos en la vereda opuesta a la DAIA en nuestra visión del comportamiento de esa institución en su rol de querellante en las investigaciones del atentado a la AMIA. Estamos convencidos de que el objetivo principal de la DAIA es la defensa sistemática y obsesiva del juez Galeano y la historia oficial. No nos vemos representados como judíos cuando la DAIA se sienta con Menem, que nunca se preocupó por esclarecer los dos actos terroristas más sangrientos que hayan sucedido en nuestro país. La DAIA nuevamente se apresta a cruzar la plaza para rendir pleitesía, como lo hizo en 1997, cuando se disculpó ante el gobierno por el discurso ‘Yo acuso’. Si la DAIA se empeña en cobijarse al calor del poder, será la segunda vez que cruce la plaza.Nosotros, los Familiares, cruzamos la vereda.” (Familiares y Amigos de las Víctimas de la Masacre en la AMIA.).
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