BRINDANDO SOBRE LOS ESCOMBROS

LA CENSURA QUE DERRIBÓ UN CANAL

LA CENSURA QUE DERRIBÓ UN CANAL

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viernes, 11 de septiembre de 2020

UNA DENUNCIA DESGANADA DE DAIA Y UNA RESOLUCIÓN ESCANDALOSA

 

En el mes de julio 2020,  tras asumir su cargo como nueva Defensora del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual de la Nación,  la periodista Miriam Lewin recibió amenazas y ataques antisemitas a través de redes como Facebook y Twitter.

Así sucedió inmediatamente después de una polémica pública producida tras ser entrevistada y responder sobre  -por entonces nuevas-  expresiones discriminatorias proferidas por el conductor  radial y televisivo Pedro Angel Etchecopar  (a) “Baby”,  que motivaron numerosas denuncias ante la Defensoría. Esos reclamos se sumaron a decenas de actuaciones anteriores por ataques misóginos,  contra minorías sexuales y contra diversos integrantes de agrupaciones o colectivos populares.    Expresiones que hasta derivaron en actuaciones judiciales y una suspensión de juicio a prueba con el compromiso del denunciado de brindar durante cinco (5) meses, una vez por semana, un espacio al aire para spots feministas realizados por la Defensoría del Público, en el programa radial “El Ángel del Mediodía” que se emitía por Radio 10,  en un expediente caratulado “ETCHECOPAR, ÁNGEL P s/infracción art. 3º -organización propaganda discriminatoria –Ley Nº 23.592 (penalización de actos discriminatorios)

Lo cierto es que el referido Etchecopar dedicó buena parte de su programa de TV “Basta Baby” del 6 de julio de 2020 a denostar a Miriam Lewin,  tras lo cual gesticulando pidió:  “escríbanle a Miriam Lewin,  así aprende a respetar la libertad de opinión” .   

El mismo el 6 de julio  2020,  la referida recibió gran cantidad de mensajes amenazantes,  intimidantes y discriminatorios,  principalmente en su muro de Facebook.   Entre las agresiones padecidas,  además de epítetos irreproducibles,    y de la amenaza de que  “matarla es poco!!!”,  el ataque antisemita se expresó explícito y con toda virulencia    (“lo peor que cara de judía, tenés”  con un emoticón de vómito;     una duchita con ziklon B no te vendría mal” ) . Otros la compararon con jerarcas nazis.      El periodista Eduardo Feinmann, en un tuit la parangonó con Hitler.     

Esa pública andanada de agresiones con clara motivación discriminatoria,  violatoria de la Ley 23.592,  desatada a partir de las invectivas de Etchecopar en la noche del 6 de julio no motivó por esas horas pronunciamiento alguno de la DAIA,  que fue anoticiada de lo sucedido.  

En cambio,   el 8 de julio la DAIA comunicó (adjuntando la foto)  que un afiche en una esquina porteña,  que promocionaba un programa de radio, acababa de ser garabateado con insultos antisemitas sobre la figura de Etchecopar (quien, cabe aclarar, no es judío),  por lo que la entidad concluía emitiendo un firme mensaje que los medios dominantes difundieron con amplios titulares;  “Categórico repudio de la DAIA  a las agresiones antisemitas contra el periodista “Baby” Etchecopar”.  Las destacadas noticias presentaban “los” ataques antisemitas contra Etchecopar –que pasó a ser la víctima-    como una derivación del reportaje a Miriam Lewin.