BRINDANDO SOBRE LOS ESCOMBROS

LA CENSURA QUE DERRIBÓ UN CANAL

LA CENSURA QUE DERRIBÓ UN CANAL

El primer programa de la dirección de noticias del canal de cable ALEF NETWORK fue emitido en 1995,  días antes del primer aniversari...

viernes, 1 de febrero de 2019

LOS OPERADORES MEDIÁTICOS


La esperpéntica denuncia del fiscal Alberto Nisman contra Cristina, Timerman y otros miembros del gobierno anterior se apoyó  -antes y después de ser presentada-  en un grupo de operadores de prensa de medios hegemónicos que fueron su tropa de infantería.   No son pocos,  y se articularon en una lucrativa tarea de demolición contra el kirchnerismo,  que prosiguió tras la muerte de Nisman con inventos de todo tipo.   Como los que nos llevaron con Miriam Lewin a explicar en "Página/12" las mentiras de Nicolás Wiñaski:  

De entre ellos,  dos en especial tuvieron un rol decisivo en la maniobra,  porque la denuncia de Nisman los cita una y otra vez como supuesta fuente irreprochable de su presentación:  los dichos de José "Pepe" Eliaschev y de Gabriel Levinas ocupan reiterados párrafos de la denuncia del fiscal,  dándolos por ciertos,  serios y veraces.     Pero una cosa es lo que sostienen al amparo de los multimedios que los conchaban, y otra lo que resulta de analizar del modo más elemental lo que existe en los expedientes.     
Los siguientes extractos de la denuncia de Nisman muestran que lo de Levinas no es otra cosa que lo que le dijeron al oído  "fuentes oficiosas de la cancillería de Israel" (SIC).    
Por su parte,  lo de Eliaschev  (muy reverenciado por el establishment. Ver mi nota: http://www.nuestrasvoces.com.ar/mi-voz/eliaschev-la-daiapro-encubrimiento/)  sería directamente desopilante,  si no fuera por las trágicas consecuencias de toda esta operación,  particularmente sobre los últimos días con vida de Timerman.  Quien se encargó de detallar el papelón judicial de Eliaschev ante la inacción de Nisman fue el juez Daniel Rafecas,  en los siguientes tramos de la resolución con la que desestimó la denuncia.
Un material fundamental y poco conocido,  para comprender las diferencias entre operaciones mediáticas y verdad,  entre titulares de diarios y pruebas judiciales.       
A continuación, dos extractos de la denuncia de Nisman.  Y luego, el imperdible análisis de Rafecas sobre la estruendosa "revelación" de Eliaschev en "Perfil":



Expresó Rafecas en su resolución:

“Pasemos entonces en limpio lo que vio el citado periodista:
Eliaschev fue rápidamente convocado por la Fiscalía AMIA para que dé cuenta de sus dichos. Así, el 28 de abril de 2013, Eliaschev prestó declaración testimonial ante el Dr. Nisman.     A primera vista, la extensión del acta, de doce fojas, permite abrigar al lector, expectativas acerca de la clarificación de muchos puntos y aspectos desarrollados en el ámbito periodístico.  Se imponía preguntarle al testigo no sólo por su fuente (como sí se hizo), sino también al menos de qué nacionalidad era su fuente; en dónde tomó contacto con dicha fuente; de qué país provenía el informe redactado en inglés al que tuvo acceso (ya que no era propiamente el original); si la traducción al inglés era de origen o posterior; si el “informe secreto” tenía algún membrete o escudo oficial; si tenía la fecha; si tenía firma y sello (más allá de la identidad de quien firme); si el testigo copió textual la frase que aparece entrecomillada en la nota periodística o si fue una reconstrucción de su memoria o su propia interpretación o deducción de lo que allí decía; cuánto tiempo tuvo a la vista dicho informe (ya que evidentemente no obtuvo una copia); por qué sostiene que es la inteligencia iraní la que se pronuncia en el informe si en la misma nota dice que habría sido personal de la cancillería de ese país la que lo redactó; si las palabras empleadas habrían sido textuales de la parte argentina o si fue una interpretación o deducción de la contraparte iraní; si el que redactó ese informe secreto asistió a la reunión o se lo transmitieron…
Lamentablemente, nada de esto pudo despejarse en la declaración testimonial. Allí Eliaschev se va a explayar acerca de su larga carrera profesional, de los mecanismos de contralor de las fuentes con que cuenta el diario en el que trabaja, de su relación e involucramiento con la historia de los dos atentados, de sus relaciones con víctimas y testigos, da su opinión sobre la absolución del TOF 3 en la causa principal, así como de la labor de jueces y fiscales en el caso, cuenta la historia de exilio de Andrew Graham Yoll, critica al gobierno nacional, justifica la postura de política internacional del presidente Obama, explica su tesis sobre el doble discurso de la presidenta Fernández de Kirchner en sus relaciones con la comunidad judía y el Estado de Israel, por un lado, y con naciones como Irán, Siria y Libia, por el otro, el papel que cumple Venezuela en este juego de política internacional, y muchos otros tópicos…que en nada contribuyeron a que el testigo dé cuenta de sus afirmaciones.
Es más, lo poco que va a expresar al respecto, no sólo no va a aclarar ninguno de aquellos interrogantes, sino que van a traer más zozobra e incertidumbre sobre qué es lo que vio el periodista.
En efecto, el comienzo es auspicioso, pues como es de rigor, al serle preguntado sobre la nota en cuestión, Eliaschev ratificó la misma en todos sus términos (fs. 131.189 vta.). Recién cuatro páginas después rescatamos algo más, cuando afirma que para escribir esa nota “…evalué, tras mucho debate interior como periodista, y tras ser careado por mis editores exhaustivamente, que como decimos en el gremio, no sólo no era pescado podrido sino que era una información valedera y creíble, de cuya autenticación se debe encargar no el periodismo sino la Justicia y el poder político” (fs. 131.191 vta.).
Algo más adelante, se le va a preguntar “si puede aportar los cables a los que hizo referencia”, a lo que respondió: “yo no puedo aportar sino lo siguiente: la revelación de las reuniones del ministro Timerman con las autoridades sirias llegaron a mis manos, no en idioma farsí sino en idioma inglés. Yo soy perfectamente bilingüe con el idioma inglés…”.
Luego se le preguntó “cómo le llegó ese cable y en qué idioma se encontraba, a lo que respondió: “por lo pronto le digo que no se trata de un cable”, y más adelante agregará sobre el punto: “de qué sorprenderse de que un documento, obviamente escrito en la lengua nativa de los iraníes, el farsí, se filtre, se traduzca a otros idiomas, hay muchas hipótesis, francés,inglés, alemán, hebreo, y la información traspase las fronteras iraníes. Sobre el tema documentación es todo lo que puedo decir” (fs. 131.192).
Ahora bien, vayamos a la cuestión central. Al respecto, el testigo dijo:
“Mi artículo reporta un informe de la cancillería iraní al presidente Ahmedinejad, un típico «paper» intergubernamental, donde el responsable de las relaciones exteriores del régimen de ese país le sugiere al presidente que en virtud de los elementos de juicio que maneja la cancillería iraní, corresponde avanzar en un acuerdo importante con la Argentina porque la cancillería iraní dice, ellos lo dicen, están dadas las condiciones para que los argentinos decidan dar vuelta de página en las relaciones argentino-iraníes” (fs. 131.192).
Esto que declara bajo juramento Eliaschev, es claramente distinto a lo que afirmó en su nota periodística. Nótese que de esta declaración juramentada, de ser cierto lo que el “paper” decía, de haber sido correctamente interpretado por el funcionario iraní de su contraparte argentina y de haber sido correctamente traducido del farsí al inglés, el contenido del mismo no revela nada en sí mismo sustancial: la Argentina querría “dar vuelta de página” en las relaciones bilaterales, y para ello, correspondería -dice el “paper”- avanzar en un acuerdo importante.
Nada dijo Eliaschev, ni le fue específicamente preguntado por el Dr. Nisman, sobre las graves afirmaciones del periodista en su nota, en especial, sobre el párrafo que éste puso entre comillas y que Nisman va a reiterar hasta el cansancio en su dictamen, dándolo por cierto (“la Argentina ya no está más interesada en resolver aquellos dos atentados, pero que en cambio prefiere mejorar sus relaciones económicas con Irán”), o de las revelaciones según las cuales el ministro Vahedi ya podía circular libremente, que además, justo en ese pasaje, Eliaschev no lo atribuye directamente a la cancillería sino a la “inteligencia iraní”, con lo que no sabemos si fue uno o varios los documentos, o si en realidad Eliaschev vio un informe de inteligencia en el cual se replicaba el contenido del “paper intergubernamental”.
En estas condiciones, resulta imposible aceptar como elemento probatorio lo que para el Dr. Nisman es el “comienzo de la trama del plan de impunidad”.
En efecto, no contamos con ese documento, no sabemos quién lo redactó, ni cuándo, ni dónde. No sabemos de qué manera salió del país de donde presuntamente era originario. Tampoco sabemos quién lo extrajo de su ámbito. Ni adónde lo llevó, ni quién lo tradujo al inglés. No sabemos si se trataba de una copia, o de un original del “informe”. No sabemos su contenido exacto, si recogía frases textuales o si era la interpretación o conclusiones de alguien que participó en la reunión. Y todo ello, además, coronado con las notorias y alarmantes deficiencias y vacíos que ostenta la declaración testimonial citada".  






















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