BRINDANDO SOBRE LOS ESCOMBROS

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  Información contra el encubrimiento. A 30 años del atentado a la AMIA, la impunidad y el ocultamiento de lo sucedido tiene responsables. E...

martes, 12 de julio de 2022

EL OSCURO PAPEL DE INTEFEMA


El papel de la firma INTEFEMA fue expuesto en mi libro "La Explosión. Terroristas, nazis, carapitadas, políticos y traficantes: la conspiración tras los atentados a la AMIA y la Embajada de Israel".
Sigamos profundizando lo revelado en la nota anterior (NOS QUIEREN DEMANDAR).

El día siguiente al atentado contra la AMIA,  esta era la tapa de "Clarín":


Por esas horas, mientras se descartaba la existencia de un coche bomba.  Menem pedía pena de muerte y se comprometía a esclarecer el atentado.

Ese 19 de julio el presidente argentino entonces tomó DOS (y solo dos) medidas por decreto,  una de las cuales fue muy publicitada:  la creación de la Secretaría de Seguridad,  a cargo del brigadier Andrés Antonietti.  Así la reflejaba "Clarín" el 20 de julio,  que señalaba que Menem admitió fallas de seguridad:

 

 

La otra medida,  en cambio,  se implementó con sigilo:    la reasignación del control de las zonas del puerto desde donde se había estado despachando el descontrolado contrabando de armas y explosivos.  

Así fue que los únicos decretos que firmó Menem ese convulsionado día en que se buscaban respuestas al atentado a la AMIA,   se refirieron por un lado a la Secretaría de Seguridad,  y por el otro al control de la zona del puerto comprometida con el tráfico de armas.    Nada más.

En efecto:    por decreto 1193/94 creó la Secretaría de Seguridad.    Y por decretos 1194,  1195 y 1196 aprobó las concesiones de las terminales del puerto.   Ningún otro decreto firmó Menem el 19 de julio de 1994

Decreto de creación de la Secretaría a cargo del brigadier Andrés Antonietti: 


 Decreto de concesión de la Terminal 6 del puerto a INTEFEMA:

 

PORQUÉ ERA CLAVE EL ENVÍO DE ARMAS QUE SALÍA DE LA TERMINAL 6 DEL PUERTO.  CRONOLOGÍA (SÍNTESIS)

En el libro "La Explosión" explico cómo se generaron las condiciones para el atentado a la AMIA,  donde el contrabando de armas hizo posible su perpetración,  y luego determinó su encubrimiento.   

A continuación,  un fragmento de la cronología incluída en el libro.    

Diciembre de 1993 a marzo de 1994: El embajador norteamericano en Croacia Peter Galbraith busca líneas alternativas para armar a los bosnios, incluyendo las de origen iraní, dado que las gestiones del presidente Clinton para dejar sin efecto el embargo de armas que afectaba mayormente a croatas y bosnios no han dado frutos. (Fuente: Dining huir the Devil: America´s ´Tacit Cooperation´with Iran in Arming the Bosnians”, reporte del corresponsal de la agencia The Associated Press Maud S. Beelman, incluido en la recopilación APF Reporter, Vol. 18).

Febrero y marzo de 1994: “Desde ocho Unidades del Ejército se envió material bélico a la Fábrica Militar de Río Tercero. El mismo llegó desde Neuquén, Misiones, Mendoza, Chaco, Boulogne, Río Cuarto, Córdoba, etc. La fábrica de Río Tercero enviaba personal ‘de confianza, que fuera reservado’, y en cada destino se retiraba material del Ejército. Cañones Citer de 155 milímetros, obuses Otto Melara de 105 milímetros, ametralladoras antiaéreas, proyectiles para los cañones y los obuses, todo venía a Río Tercero. Aquí se borraban escudos e inscripciones, se acondicionaba, se pintaba, se embalaba en contenedores y se cargaba en camiones, que, custodiados y comandados por militares, una vez López, otra vez Gatto, terminaron en el puerto de Buenos Aires para ser cargados en buques de la Croatia Line, con destino final a Croacia. En la fábrica de Río Tercero se ’maquillaron’ los cañones, en ella se acondicionaron los obuses y las ametralladoras, a ella llegaron los más de 16.000 cargas de pólvora M4 A2 que salieron de la Fábrica Militar de Villa María, de ella salieron los proyectiles 105 y 155 milímetros, junto con las cargas de pólvora. Todo se fue al puerto de Buenos Aires y de allí a Croacia”. (Ana Elba Gritti, Río Tercero. Un crimen sin nombre… publicado, Buenos Aires, Dunken, 2004. Gritti era abogada, viuda de una víctima de la explosión intencional de la Fábrica Militar Río Tercero.)

7 de febrero de 1994: El coronel Carlos Franke, directivo de Fabricaciones Militares, envía un fax dirigido al agente iraní John Pashai a un teléfono en Argentina, en respuesta a un pedido, confirmándole que en los próximos días estaría todo lo solicitado. Según investigó el periodista Jorge Urien Berri del diario La Nación, “el potente explosivo plástico C-4, usado en demolición de edificios y en atentados terroristas, estaba entre el material cuya compra tramitó para Pashai el coronel (R) Alfredo Sebastián Díaz, que pertenecía a la side y trabajaba con el subdirector de Logística Ricardo Díaz Luján, un riojano sobrino suyo y protegido del gobierno de Carlos Menem”. “Trotyl fue el otro explosivo requerido por Pashai a través de Díaz”.

Marzo de 1994: Diplomáticos norteamericanos concluyen exitosamente largas negociaciones para formar una federación de bosnios musulmanes y croatas (en meses anteriores enfrentados) que frenará la guerra interna, unificando así las fuerzas antiserbias y asegurando la reapertura del contrabando de armas para Bosnia a través de Croacia, con fondos de Irán y Arabia Saudita. Por parte de Arabia, participa el núcleo duro del millonario Osama Bin Laden. El puerto de Buenos Aires rebosa de armas y explosivos. El contraataque contra Serbia es inminente. El líder y predicador iraní Mohsen Rabbani es nombrado agregado cultural de la embajada de Irán en Buenos Aires, con lo cual obtiene rango e inmunidad diplomática.

El día 5, poco después del último pedido del agente iraní Pashai, el Batallón de Arsenales 141 de Córdoba, Argentina, envía más de veinte toneladas de cargas de demolición de trotyl para el contrabando a Croacia/Bosnia. Se desconoce si la totalidad fue efectivamente embarcada, o una parte quedó en tierra.

El día 12 zarpa con destino a Croacia/Bosnia el buque Ledenice, con 112 contenedores repletos de armas y explosivos, unas 2000 toneladas que fueron transportadas en más de 100 camiones. La embajada iraní en Bosnia se convierte en la más grande representación diplomática en dicho país y sus agentes interactúan con las autoridades locales.

Abril de 1994:

El día 4, el agente iraní Khalil Ghatea intenta abordar un vuelo de la Canadian Airlines en el aeropuerto internacional de Ezeiza, con un pasaporte falso y con la ayuda de un empleado de Migraciones. Es denunciado por miembros de la aerolínea canadiense que advierten la maniobra. Tres meses después, el juez federal interviniente de Lomas de Zamora le extenderá una autorización para volar a Teherán, que será revalidada por el juez Galeano.

El día 27, oficiales croatas visitan al embajador norteamericano en Zagreb Peter Galbraith para conocer cómo respondería la administración Clinton a la reapertura franca de la vía iraní de armas para los bosnios. Ese mismo día Estados Unidos indica al gobierno de Croacia que “no pondrían objeciones”. Tras meses de diplomacia secreta, Irán participa sin disimulo del contrabando de armas y explosivos, que tiene a Buenos Aires como una de sus cabeceras. 

El 27 y 28, en coincidencia con el visto bueno norteamericano al nuevo operativo de contrabando con coordinación croata-iraní, el vicepresidente croata y ministro de Relaciones Exteriores Mate Granić realiza una urgente visita oficial a la Argentina. Es recibido por el presidente Carlos Saúl Menem.

El día 29, culminadas las gestiones del vicepresidente croata en Buenos Aires, el primer ministro y jefe de gobierno de Croacia Nikica Valentić vuela a Teherán para reunirse con los principales líderes iraníes.

Mayo de 1994:

El día 21, un comando israelí secuestra al importante dirigente del Hezbollah, Moustafá Dirani, en la región de Bekaa.

El día 27, el sheik y líder espiritual de Hezbollah, Mohamed Hussein Fadlallah, en su sermón de los viernes en los suburbios de Beirut, afirma, a raíz del secuestro por Israel del dirigente integrista Moustafá Dirani, que “la resistencia tiene mucho oxígeno, el enemigo ha dicho que tiene la mano muy larga pero los combatientes musulmanes han probado, luego del asesinato de Abbas Mousawi, que sus manos pueden llegar a la Argentina. El frente se ha extendido a todo el mundo y la batalla se desarrollará a lo largo del tiempo.” Fadlallah había pasado años reclutando militantes y arengando desde el pequeño pueblo libanés de Ain Ata, donde vivió con su familia y donde tuvo de vecino a Nassib Haddad, luego radicado en la Argentina, que ahora se encontraba en Buenos Aires prestando servicios de acarreo de escombros para la amia con su empresa de volquetes Santa Rita. Haddad, que ha sido directivo de un centro islámico local, se dedica también a adquirir explosivos para actividades mineras y posee un depósito en la dársena seis del puerto de Buenos Aires, a escasos cien metros de donde se acumulan miles de toneladas de armas y explosivos. Periódicamente, un camión enviado por Haddad, a pedido de un arquitecto a cargo de obras de remodelación, lleva desde su depósito en el puerto hasta la puerta de la amia, un pesado volquete para los escombros, que son acarreados desde el interior del edificio en refacción. Luego, un camión del mismo Haddad retira el volquete cargado de desechos de construcción.

(...)

Todo esto, y muchas circunstancias más detalladas en "La Explosión",  fue parte del contexto previo al atentado. 

 

EL OSCURO PAPEL DE INTEFEMA

Según expliqué en mi posteo anterior  (APARECEN LOS DUEÑOS DEL CIRCO Y NOS QUIEREN DEMANDAR) , con motivo del contrabando de armas el gobierno de Menem impidió investigar las pistas más firmes sobre el atentado a la AMIA, en particular todo lo relativo al puerto y a la circulación de armas y explosivos.  

Tras el tremendo atentado,   para proseguir con el envío de armas para los croatas y los musulmanes bosnios intermediado por traficantes sirios e iraníes junto a militares argentinos,  con el aval norteamericano,  era necesario reasignar el control de la Terminal 6 del puerto.   Algo que no se permitió ni se permite investigar falló allí, y las deficiencias de seguridad debían ser solucionadas de inmediato,  para proseguir con el operativo clandestino.   

Según diversos expedientes judiciales,  INTEFEMA poco después del último despacho de armas que salió de la Terminal 6,  dejó de cumplir con todas sus obligaciones legales,  laborales y previsionales y fue a toda velocidad rumbo a la quiebra,  dejando a cientos de trabajadores en la calle y sin abonarles indemnización alguna.    

En palabras de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo: "El concurso y posterior quiebra, al poco tiempo de la constitución de la sociedad importa, cuanto menos, considerar la existencia de una conducción temeraria"  .    En realidad,  fue mucho peor.

“Las armas vendidas a Croacia fueron embarcadas en el Rijeka Express desde la Terminal 6 del puerto de Buenos Aires. Así lo relataron a Página/12 los casi 300 estibadores y guincheros de la terminal que hoy al mediodía volverán a concentrarse frente al Ministerio de Economía para reclamar indemnizaciones o un nuevo llamado a licitación que permita la reapertura. La Terminal 6, adjudicada al consorcio Intefema en 1994, tuvo una vida oscura y efímera. A poco de andar comenzaron los problemas de pagos y un año después --y a pesar del intenso tráfico que registraba-- se declaraba virtualmente fundida.   (…)  Intefema, que había resultado adjudicataria de una de las cinco terminales portuarias de Buenos Aires (la 1 y la 2 se licitaron juntas), era un consorcio integrado por Inversiones Portuarias, Ferrylíneas, Tenanco y Marítima Buenos Aires. El comienzo de la actividad en la Terminal 6 fue casi simultáneo con lo que los oficiales del Ejército que supervisaron el maquillaje de los cañones hicieron llamar "Operación Ejército Argentino": los estibadores fijan noviembre de 1994 como fecha de su debut en calidad de asalariados de la Terminal 6 y el 23 de diciembre 30 transportes procedentes de unidades militares de todo el país (sólo de Río Tercero habían partido 14) convergieron en la provincia de Buenos Aires, en Los Polvorines, el lugar elegido para la concentración” [1]

Por su parte,  otro medio informaba:

“Como anticipó La Nación en su edición del 14 de septiembre último, durante la carga de los contenedores con las armas los trabajadores de la Terminal 6, situada en la Dársena F del puerto de Buenos Aires, recibieron vestimentas especiales y se les impartió una orden estricta: no podían fumar en horas de trabajo.       "Había que ser muy cuidadoso y no se podía preguntar nada", comentó a La Nación uno de los trabajadores que intervino en la carga de los 39 contenedores que partieron rumbo a Croacia a bordo del buque Rijeka Express.     Esa embarcación, perteneciente a la empresa Croatia Lines, zarpó del puerto de Buenos Aires el 2 de febrero de 1995 y fue el último de una serie de seis embarques de armamento que salieron del país en forma irregular.       Después de la partida del Rijeka Express con el material bélico argentino, el grupo societario que integró Intefema transfirió la concesión”[2].

Casualidades permanentes.

 

 


 






 

 

 

 

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