BRINDANDO SOBRE LOS ESCOMBROS

LA CENSURA QUE DERRIBÓ UN CANAL

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viernes, 23 de febrero de 2018

"EL LIBRETO DE LA DAIA" DESNUDADO EN UNA AUDIENCIA


Este tramo del alegato de José Ubeira,  abogado de algunos de los policías de la provincia de Buenos Aires que fueron falsamente acusados por Telleldín tras recibir una coima de U$400.000 (y U$75.000 más en cuotas  mensuales),  me atañe personalmente.    Se vincula a episodios que me tocó vivir dentro de AMIA,  y que determinaron mi renuncia en el año 2002 como vocero de la mutual, tras una gestión de unos pocos meses de infructuosos intentos de forzar cambios y comunicar la verdad de lo que se estaba destapando en el juicio por el atentado ante el T.O.F. 3.    
Es apenas una muestra más del blindaje mediático/judicial,  y de la censura que siempre ha existido respecto al compromiso estatal y del establishment de la comunidad judía en el desvío de la pesquisa.  En particular durante los primeros y decisivos años de la "investigación".
A continuación,  la otra cara de los hechos que se describen en el fragmento de video:


Lo que Ubeira señala es el librito que la DAIA publicó poco después de que su presidente Rubén Beraja fuera silbado en el acto del tercer aniversario del atentado,  en un intento de mejorar su imagen.     Apenas un par de meses antes,   junto a mi amigo periodista Marcos Doño habíamos llevado a editorial Planeta un proyecto de libro de denuncia e investigación periodística sobre la perniciosa relación Beraja-Banco Mayo-Menem-Caso AMIA.   Un reconocido editor de Planeta recibió muy entusiasmado la sinopsis y detalle de capítulos y,  al igual que unos pocos colegas consultados,  consideró el material no solo bueno,  sino de  indispensable difusión y debate.   Pasaron días y semanas,  hasta que vino la compungida confesión de ese editor:   "no te voy a engañar:  no tengo la última palabra,  y más arriba hay relación con Beraja.  No hubo caso".    
Así fue que mientras nuestro proyecto de publicación fue abortado,  en setiembre de 1997 se publicó en Planeta el bochornoso libro autoexculpatorio de la DAIA (y de Galeano y del gobierno),  basado en un "dictamen" a medida firmado de apuro por exitosos abogados que solo tuvieron acceso al material que les dio la entidad presidida por Beraja,   a lo que se refiere Ubeira en su alegato.  




Pasaron los años y con el respaldo de un funcionario "progre" vinculado al periódico "Nueva Sión" que integraba la Comisión Directiva de AMIA,  logré ser designado coordinador de prensa y así asistír a las audiencias como observador y vocero acreditado por la mutual, con el propósito de intentar algo desde adentro.       Comencé a redactar síntesis diarias de las audiencias del juicio oral por el atentado a la AMIA iniciado en setiembre de 2001,  para su publicación en la página WEB de la mutual.

Lo que fui publicando se ajustaba a la verdad de lo que ocurría en las audiencias:  día a día quedaban en evidencia las escandalosas irregularidades perpetradas en la investigación a cargo del juez Juan José Galeano,  además del criminal papel de la SIDE y la Policía Federal.   
Muy pronto comenzaron las presiones y los sabotajes a la página WEB de AMIA donde "colgaba" la información sobre el juicio, con todo tipo de incidentes.  Buena parte de esto lo narré luego en una publicación editada en Julio de 2003 ("Caso AMIA- la deuda interna").    La tensión interna iba en aumento día a día,  y denuncié por escrito las obstrucciones que sufría mi labor desde adentro mismo de la entidad.

Fue entonces que  -tal como cuenta Ubeira ocurrió con el librito "La Denuncia"-  me tiraron con "los juristas" para desautorizarme,  y cambiar el eje de la comunicación.   El Dr. Luis Dobniewski (que formalmente había renunciado a continuar representando a la AMIA tras el escándalo que se generó al conocerse que le había comprado una casa a la viuda del narcotraficante Pablo Escobar Gaviria) convocó en AMIA con el aval de su presidente Ostrower un  "comité de apoyo a la querella"  en sustento de todo lo realizado por el juez Galeano,  y pidió que la comunicación institucional se pusiera al servicio de ello. "Si se cae Galeano,  se cae la causa AMIA".    En esa reunión,  a la que me impusieron asistir,  Dobniewski contó con el acompañamiento de los mencionados León Arslanian, Ricardo Gil Lavedra y Raúl Eugenio Zaffaroni.  A éste último -que solo acompañó con su silente presencia-  le transmití mi sincero respeto,  pero me quedé con ganas de preguntarle qué estaba haciendo allí.  Imagino que la convocatoria de "la comunidad judía" es una respuesta posible.

Lo cierto fue que la aparición de "los juristas",  más el pedido del presidente de AMIA de que no concurriera más a las audiencias,  me dejaron sin ningún margen de acción.  Así fue que ,  tras unos escasos meses de labor como coordinador del área de prensa y vocero para la causa AMIA,  presenté mi renuncia escrita fundada en "diferencias irreconciliables" con la línea que se pretendía seguir.


Los Dres. Ricardo Gil Lavedra.  Luis Dobniewski,  León Arslanian y Horacio Lutzky (de izq. a der.) en la sala de reuniones de AMIA. En el otro lateral y fuera de la foto se encontraba además el Dr. Raúl Zaffraroni.   La exposición del convocante Dobniewski apuntó a desautorizar las críticas al juez de la causa AMIA Juan José Galeano,  solicitar apoyo de notables para seguir sosteniendo la fraudulenta y tambaleante causa AMIA,  y a reclamar que todas las comunicaciones de la mutual se orienten en ese sentido. Tras ello, y ante la falta de respaldo del presidente de AMIA,  renuncié al cargo de coordinador de prensa y vocero de la causa que logré ocupar durante unos pocos meses.  





Reproducción de la renuncia como vocero para la causa AMIA.

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