El
fantasmagórico "conductor suicida" que manejaba la pretendida camioneta-bomba (de volante a la izquierda), miró amenazante por la ventanilla derecha a Nicolasa Romero, según la inverosímil testigo que sostiene la historia oficial. Ese
chofer iba por Tucumán y dobló a la derecha por Pasteur según Nicolasa,
tan lento como para clavarle los ojos. Y al mismo tiempo tan rápido
como para embestir metros después contra el edificio de la AMIA.
¡22 años después!, mediante el ADN de un cuerpo, se identificó
a la víctima 85 del atentado. Del "suicida", ni rastros.
Dice la información dada a conocer hoy por la fiscalía:
"La UFI AMIA/DAIA determinó que la persona número 85 fallecida en el atentado terrorista del 18 de julio de 1994 es Augusto Daniel Jesús, nacido en 1974. Se llegó a esta determinación con la asistencia pericial del Equipo Argentino de Antropología Forense (EEAF), del Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial de la Nación y del Servicio de Huellas Digitales Genéticas de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires."(Información completa del sitio WEB de los fiscales: FISCALES.GOB.AR )
Si hacía falta alguna prueba más del desastre organizado que fue la "investigación" del atentado a la AMIA, esta noticia vuelve a ratificarlo. Más de dos décadas para completar la nómina de víctimas. Pero el ADN del fantasmagórico "conductor suicida" del que habla la historia oficial, nunca se hizo.
Peor aún , la DAIA -una vez más- fue corresponsable de esta malversación de pruebas.
En efecto, recientemente, en marzo de 2016, declaró en el silenciado juicio AMIA2 por encubrimiento la Sra. Diana Wassner de Malamud, viuda del arquitecto fallecido en el atentado y directiva de "Memoria Activa". Entre tantos hechos escandalosos que refirió sobre los encubridores del juzgado y de las instituciones judías, contó que al ver el documento de la supuesta autopsia de su esposo Andrés, advirtió que no se correspondía con las características de él: no coincidían el grupo sanguíneo ni tampoco la descripción del cuerpo con el de una persona de 37 años, como tenía el arquitecto Malamud. El titular de la DAIA Rubén Beraja -declaró la testigo- le pidió entonces que no lo contara porque eso podía generar pedidos de exhumación de todos los cuerpos de las víctimas.
La historia oficial sigue hablando dogmáticamente de un conductor suicida de una camioneta bomba. Pero, sugestivamente, nunca se hizo un ADN sobre sus presuntos restos.
En otra nota conté el modo en el cual se instaló esta "certeza" oficial: http://lacausamia.blogspot.com.ar/2015/03/ensalada-de-bin-laden-y-berro.html#more.
Lo más grave de todo esto es que parte de los responsables de arruinar intencionadamente la investigación son quienes, aún hoy, se erigen en referencia moral de la causa AMIA, mientras continúan participando de operetas y denuncias políticas en torno de memorándums y "traiciones a la patria".
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