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| José Hercman, presidente de la DAIA en noviembre de 2001, homenajeando a la Policía Federal por la "investigación" de los atentados |
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| El comisario Fino Palacios escucha atentamente las encendidas alabanzas del titular de la DAIA |
Rindo homenaje a la DAIA del año
1962, que con el Dr. Alejandro Lutzky
como Secretario General, y el Dr. Isaac
Golbenberg como presidente, enfrentó al jefe de la policía federal capitán
Horacio Green, defensor de los forajidos
de Tacuara y de la Guardia Restauradora Nacionalista que protagonizaban
constantes amenazas y atentados contra
centros culturales, religiosos y educativos judíos, y llegaron al rapto de la estudiante Graciela
Sirota a quien le grabaron una esvástica en su pecho.
El
jefe de la policía negó la veracidad de los hechos, y culpó a las instituciones judías y a los
“comunistas” de provocar alteraciones del orden público. La DAIA de entonces convocó con gran adhesión
el 28 de junio de 1962 a
un cese total de actividades de la colectividad en protesta por los atentados
antisemitas y la actitud policial cómplice. Centenares de comercios e instituciones mostraban
el cartel de “cerrado en protesta por las agresiones nazis en Argentina”. La
credibilidad de entonces de esa entidad que nació en los albores de la lucha
contra el nazismo, concitó una enorme repercusión en toda la sociedad, y se complementó con secundarios públicos enteros
vaciados de alumnos y conmovedoras muestras de apoyo de los más variados
sectores políticos, gremiales y culturales.
Aunque hoy parezca mentira.
La movilización general culminó con la renuncia del fascista jefe de policía Green.
El involucramiento de miembros de las fuerzas de seguridad en el encubrimiento de los atentados de 1992 y 1994 en Argentina (y quizás en la perpetración) es un secreto a voces. Pero desde hace años, la DAIA está al servicio de intereses distintos de los que defendía en sus primeras décadas de existencia.
En una de las fotos de arriba, se ve a un presidente de DAIA en el 2001, el berajista José Hercman, entregando una placa (y la causa AMIA) a la Policía Federal, "en reconocimiento a su tarea de investigación de los atentados". En la otra está siendo atentamente escuchado por el hoy procesado por encubrimiento comisario "Fino Palacios".
En la imagen de abajo, se aprecia cómo la prensa comunitaria de Nueva York el 31 de agosto de 1962 describía la firme actitud de la dirigencia judía de entonces.
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