La mayoría de los medios locales dan cuenta de la entrevista telefónica que en el día de hoy le realizó el periodista Gustavo Sylvestre junto a Ariel Zak al acusado Mohsen Rabbani. En general, citan la nota para tomar alguna frase del confuso y evasivo monólogo del iraní, sacarla de contexto, y titular "A Nisman lo Mataron".
Rabbani tuvo en años previos a los atentados de los 90 un particular activismo en Argentina, tal como consta en el fragmento de mi libro "Brindando sobre los Escombros" que reproduzco a continuación. Y no precisamente de amor y paz.
De "Brindando sobre los Escombros. La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento" (2012):
Rabbani tuvo en años previos a los atentados de los 90 un particular activismo en Argentina, tal como consta en el fragmento de mi libro "Brindando sobre los Escombros" que reproduzco a continuación. Y no precisamente de amor y paz.
De "Brindando sobre los Escombros. La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento" (2012):
"Rabbani se encuentra formalmente
imputado como uno de los presuntos organizadores del atentado contra la AMIA , y en los años previos a las masacres en
Argentina procuró nuclear a militantes extremistas antiisraelíes, a través de actos y virulentas convocatorias
de diverso tipo, ninguna de las cuales
tenía tono pacifista, religioso o cultural, como pretenden sus defensores
locales.
A modo de ejemplo vale el siguiente antecedente. En la edición del periódico Nueva
Sión del 4 de mayo de 1991 –diez meses antes del atentado a la Embajada- fue publicada una crónica de Jorge Hasper
sobre un acto llevado a cabo el 11 de abril de 1991 por el “Día de Palestina”,
en un salón ubicado a metros del Congreso Nacional.
En la nota, titulada “Jomeini en Buenos Aires”, Hasper explicaba que “parte dela Capital fue empapelada con posters de gran tamaño que convocaron al público a asistir al acto
del Día de Palestina a realizarse en Rivadavia 1815, primer piso. El nombre de
la entidad organizadora llamó poderosamente mi atención: los Hermanos
Musulmanes argentinos. El movimiento madre de esta corriente fue fundado en
Egipto por Jasán el Bana en 1929, y si bien en sus comienzos se ocupó de captar
adherentes y hacer obra social, más tarde se inclinó hacia la vía de las armas
y la violencia”. Hasper continuaba
describiendo que “al ingresar al recinto (un gran salón de fiestas repleto de sillas) me llamó poderosamente la
atención que la pared del escenario estaba semicubierta por la bandera
argentina de guerra (con el sol) y por la iraní. En el centro del escenario, se
ubicaba una tarima con la bandera palestina y una kefiah (pañoleta) blanca y
negra y frente a ésta (del otro lado del salón) un puesto de venta de revistas
y material islámico acompañado por posters del extinto Ayatola Jomeini (“El
Imán Jomeini vive en los corazones de todos los musulmanes del mundo”),
postales de la Intifada ,
fotos de mezquitas (“El islam es el tercer camino”), y un escudo de David que
se consume en el fuego... Una de las
revistas en venta en este “puesto” era El mensaje del Islam, editada por la
comunidad At -Taujid (La Unidad ),
cuya central se encuentra en San Nicolás 674, en el corazón de Floresta. Este
dato es indispensable para entender lo que sucedió en el acto: la revista ‘El
Porteño’ en su edición de noviembre de 1990 publicó una nota titulada “Floresta
Musulmana” en la cual se refería a esta comunidad y a su líder espiritual: Imán
Mohsen Rabbani, iraní de 37 años de edad, que ingresó a nuestro país en 1983.
Sí, acertaron, el Imán Mohsen Rabbani estuvo presente en este acto y, con él,
gran parte del cuerpo diplomático iraní, con sus respectivas esposas e hijos
(en total unas ciento cincuenta personas, y entre ellas unas siete mujeres
vestidas con chador)”.
Más adelante, la nota se refería a la arenga del “espiritual” Rabbani: “el diplomático persa abrió su alocución con una cita de Jomeini: ‘Israel debe desaparecer de la faz de la tierra’, siguió con conceptos como ‘...ese tumor maligno llamado Israel’, y no se olvidó de fustigar a Egipto y de ensalzar a Jaled el Istambuli, el soldado que dio muerte a Anuar el Sadat, el primer mandatario árabe que firmó la paz con Israel y fuera asesinado por ello. El agregado cultural, haciendo una innegable apología de la violencia dijo que el proyectil que mató a Sadat fue disparado en representación de los musulmanes del mundo entero”, relataba la crónica publicada en 1991 en Nueva Sión.
En la nota, titulada “Jomeini en Buenos Aires”, Hasper explicaba que “parte de
Más adelante, la nota se refería a la arenga del “espiritual” Rabbani: “el diplomático persa abrió su alocución con una cita de Jomeini: ‘Israel debe desaparecer de la faz de la tierra’, siguió con conceptos como ‘...ese tumor maligno llamado Israel’, y no se olvidó de fustigar a Egipto y de ensalzar a Jaled el Istambuli, el soldado que dio muerte a Anuar el Sadat, el primer mandatario árabe que firmó la paz con Israel y fuera asesinado por ello. El agregado cultural, haciendo una innegable apología de la violencia dijo que el proyectil que mató a Sadat fue disparado en representación de los musulmanes del mundo entero”, relataba la crónica publicada en 1991 en Nueva Sión.
Rabbani vino a la Argentina con el fin de
procurar implantar la versión más extremista del islamismo, aquella que ensalza el odio y la muerte. Por aquellos días, en el centro
de Buenos Aires aparecieron afiches firmados por “Hermanos Musulmanes
Argentinos” convocando a una marcha
contra el escritor del libro Versos
Satánicos, Salman Rushdie. En 1989,
un edicto religioso o fatwa leído por el ayatollah Khomeini por Radio Teherán
había instado a dar muerte a Rushdie por apóstata. También llamaba a ejecutar a los editores que
publicaran la obra, y llegó luego a
ofrecer una recompensa de tres millones de dólares a quien matara al
escritor. En los meses siguientes se
produjeron numerosas manifestaciones contra el libro en diversas partes del
mundo, incluyendo quemas de librerías.
En 1991, Hitoshi Igarashi, traductor de la obra al japonés fue asesinado en
Tokio y el traductor italiano fue golpeado y apuñalado en Milán.
El perturbador activismo de
Rabbani y otros funcionarios iraníes no encontró ningún límite por parte de las
autoridades nacionales, abocadas a turbios negocios de armas en los que
intervenían compatriotas de aquéllos.
Y, notablemente, incluso tuvo eco favorable en algunas
organizaciones sociales que difícilmente podrían sobrevivir bajo el teocrático
régimen iraní, como un importante
sindicato.
Sobre ello, en la edición del 19 de agosto de 1994 de Nueva Sión (Nº784) fue publicada una nota de Alberto de Renzis bajo el título “los fundamentalistas locales”, en la que alertaba que
A continuación, la imagen de la nota original del día 4 de mayo de 1991, y el link a la publicación:
Incuestionable y saludablemente molesta para un progresismo binario que se sigue guiando por la premisa reaccionaria de que "el enemigo de mi enemigo es mi amigo". Un ejemplo de esto fue la Irlanda católica, enemiga de los anglicanos ingleses y protestantes irlandeses, que se alió y dio asilo a los nazis, enemigos de los ingleses, en la Segunda Guerra Mundial. Con el mismo pensamientonm lineal, esa izquierda sigue siendo enemiga o adversaria, en el mejor denlos casos,del actual gobierno y en especial de de Néstor y Cristina. Miopía que se ve reflejada, año tras año, en ese 2% inamovible de votos. Aplausos por la nota, Horacio.
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