Hoy la cadena judía de información Vis a Vis publica un reportaje al ex secretario general de la DAIA y candidato a presidirla Jorge Knoblovits.
En uno de los tramos se le pregunta sobre uno de los argumentos del juez Rafecas respecto del origen de las tratativas entre Argentina e Irán: que la propia Interpol había fomentado el acercamiento.
Knoblovits descalifica el argumento dogmáticamente, pero evidenciando un completo desconocimiento de las gestiones realizadas por Interpol desde hace años, y que figuran en su propio sitio Web, tal como explico más abajo.
Primero, la pregunta y la respuesta del miembro de la DAIA:
– Recién mencionaste a Interpol. Rafecas en la entrevista que le da a Vis a Vis menciona que Interpol fue el instigador del Memorándum con Irán, ¿vos crees eso?
– Eso le conviene a Rafecas como argumento, de ninguna manera. No creo que Interpol sea mediador entre las partes en conflicto. No escuché nunca que Interpol participe mediando entre las partes entre un delincuente y un Estado soberano o entre un narcontraficante y un Estado que lo reclama. Interpol se limita a emitir órdenes de detención, es una policía internacional formada por la policía del mundo, no tiene esa potestad.
A diferencia de lo que sostiene Knoblovits, el
organismo internacional de policía publicó en su página oficial el 3 de noviembre de 2009 que “bajo propuesta
presentada por el Secretario General de INTERPOL, Ronald K. Noble, INTERPOL
ofrecerá a las autoridades argentinas e iraníes que se reúnan en la Sede
General de INTERPOL Secretaría en Lyon, Francia, con el fin de considerar la
posibilidad de que un tercer país conduzca el proceso judicial
relacionado con el atentado terrorista de 1994 contra la Mutual Israelita
Argentina (AMIA) en Buenos Aires, centro en el que murieron 85 personas y
centenares de heridos” (http://www.interpol.int/News-and-media/News-media-releases/2009/PR101 ). En la misma ocasión, la entidad policial aclaró
que la Asamblea General de INTERPOL ratificó las solicitudes de detención
de seis ciudadanos iraníes, pero que, a partir de entonces, corresponde a cada
país a seguir sus propias leyes nacionales al decidir si cumplir con la
solicitud respecto de los individuos en cuestión. “Sin embargo, la decisión de
la Asamblea General no elimina la presunción de inocencia que cada persona
acusada debe tener - no importa el delito-, dijo el Secretario General”. Otro
de los párrafos del comunicado oficial dice: “'Tanto Irán como Argentina son
miembros apreciados de INTERPOL y comparten una amplia gama de preocupaciones
comunes en nuestros esfuerzos mundiales para combatir el terrorismo y otros
delitos transnacionales graves, pero tenemos que encontrar una manera de
ayudarlos a salir del estancamiento. Las víctimas y las familias de este atentado
terrorista terrible, no merecen menos que los mejores esfuerzos de la Interpol
para ayudar a Irán y Argentina a mover este caso hacia adelante, dijo el
Secretario General”.
Pero el representante de DAIA expresa que "no
escuché nunca que Interpol participe mediando entre las partes" y
asegura que "no tiene esa potestad".
La consignada es información pura y dura. Que, por
cierto, carece de toda importancia en los tribunales mediáticos.
¡¡Siempre dando en la tecla, Horacio!! Y agrego: recuerdo que hace años co-conducía un programa de radio en FM Palermo, que se llamaba "Más Vale Tarde Que Nunca". Por ese programa pasaron invitados que me enriquecieron tanto por su talento como por sus conocimientos. Una de esas entrevistas la recuerdo especialmente, fue la que le hicimos al actor Federico Lupi; una exquisito de la cultura, un conocedor profundo de poesía, que me abrió los ojos sobre algunos autores que desconocía hasta el momento, como algunos rumanos maravillosos. Bien, fue en esa misma noche que Lupi, en medio de una charla que manteníamos sobre política y cultura (eran los primeros años del menemismo), que el actor nos dice: "¡hay días en los que me dan ganas de mandarle un telegrama al poder, diciendo: ¡basta, ganaron, no me molesten más! Es ésta la sensación que me deja gente como el susodicho don Jorge Knoblovits. Es que a uno lo dejan sin palabras quienes hacen tan mal uso de ellas. En fin..., así parece ser la cosa. Sin embargo, y por suerte, nuestro espíritu hace que a los pocos segundos de habernos planteado alguna claudicación, salgamos como tropel a luchar contra semejante fauna.
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