Los Dres. Ricardo Gil Lavedra. Luis Dobniewski, León Arslanian y Horacio Lutzky (de izq. a der.) en la sala de reuniones de AMIA, a fines del año 2001. La exposición del convocante Dobniewski apuntó a desautorizar las críticas al juez de la causa AMIA Juan José Galeano, solicitar apoyo de notables para seguir sosteniendo la fraudulenta y tambaleante causa AMIA, y a reclamar que todas las comunicaciones de la mutual se orienten en ese sentido. Poco después, y ante la falta de respaldo del presidente de AMIA, renuncié al cargo de coordinador de prensa y vocero de la causa que logré ocupar durante unos meses.
Desde el comienzo del juicio oral por el atentado a la AMIA iniciado en setiembre de 2001 -con el respaldo de un funcionario "progre" que integraba la Comisión Directiva- fui designado coordinador de prensa y pude así asistír a las audiencias como observador acreditado por la mutual, redactando síntesis diarias para su publicación en la página WEB de AMIA. La audiencia del 17 de octubre de 2001 no había sido extensa, y la información era breve. Pero muy significativa, por cuanto se refería expresamente a los manejos de la SIDE, una de las principales responsables de la impunidad del atentado a la AMIA. Con la cual la querella AMIA-DAIA había mantenido una relación promiscua. La nota decía así:
MIERCOLES 17 DE OCTUBRE
La novedad más importante de la audiencia -y de lo
que va del juicio- la constituyó la resolución del Tribunal de solicitar al
Presidente de la Nación, Dr. Fernando De La Rúa, el levantamiento de la
prohibición de informar sobre sus actividades que rige el accionar de los
agentes de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), en relación a
su participación en investigaciones relacionadas al atentado contra la AMIA.
Esta decisión parece enmarcarse en la determinación de los
jueces de profundizar el debate y la indagación hacia aspectos que han arrojado
sombras sobre el proceso por el hecho criminal más importante de la historia
argentina: las irregularidades, la manipulación de elementos
probatorios, la actuación clandestina. Todas
estas cuestiones forman parte desde hace años de una polémica que cada vez más
se ha ido instalando en el centro de la escena.
Tan es así, que en esta audiencia ninguna de las
partes manifestó reparo alguno con la determinación del tribunal, que fue
considerada por las partes, los familiares y los letrados como sumamente
trascendente."
El texto lo envié por la vía habitual para ser subido a la WEB de AMIA, en el espacio dedicado a la cobertura del juicio. Pero algo pasó, y la información no aparecíó por varios días. Tras sucesivos reclamos de mi parte, finalmente se incorporó. Fue el inicio de una cadena de situaciones que se reiteraban constantemente, y evidenciaban que había malestar con la difusión de las novedades de la causa, que desnudaban groseras irregularidades, y los oscuros manejos de las fuerzas de seguridad e inteligencia. Y que , en especial, ponían en evidencia la enorme cantidad de testimonios y otras pruebas que habían sido ignoradas o escondidas por el juez Galeano, que ahora se evaluaban por primera vez en el juicio oral, siete años después de ocurrido el atentado.
Así fue que llegamos al 22 de noviembre de 2001, cuando la DAIA realizó un homenaje a la cúpula de la Unidad Antiterrorista de la Policía Federal "por su tarea en la investigación de los atentados", justo días antes que numerosos agentes de la policía tuvieran que presentarse en el juicio a explicar su sospechosa actuación antes y después del atentado. Uno de esos jefes presentes, el "fino" Palacios, fue luego procesado por encubrimiento, otro -el comisario Canizzaro- había supervisado al espía Iosi en su infiltración en entidades judías, y fueron también agentes federales los que desaparecieron de la zona momentos antes de las masacres. No obstante, el acto incluyó la entrega de una placa honorífica conmemorativa, en una evidente muestra de apoyo moral a los encubridores. Junto con la restante información sobre el juicio, armé entonces un suelto con el cable noticioso, sin comentario ni agregado alguno. Pero titulé el acto de entrega de la placa como "La entrega de la DAIA". Eso determinó que "se cayera" durante días enteros toda la sección relativa al juicio, por alegados "problemas técnicos". Cuando reapareció la sección, los "problemas técnicos" habían ocasionado un cambio de título, que pasó a ser "El Reconocimiento de la DAIA". Quien era mi sostén en AMIA en ese momento, su Secretario General Noé Davidovich -ligado al periódico Nueva Sión y al sector progresista de la comunidad- entendió que estaban operando fuerzas sin su conocimiento, y sin consultar al Presidente Ostrower consensuamos documentar lo sucedido mediante un sumario interno. Que se inició con la carta que presenté a un abogado de la institución para que le diera curso, que se reproduce más abajo. Se tomó declaración a algunos empleados, y por supuesto, "yo no fui" fue la respuesta general. Mientras tanto, la página WEB volvió a incluir información, en gran medida sobre aspectos novedosos y sobre las omisiones e irregularidades del juicio que se develaban cotidianamente en las audiencias que yo cubría. Pero las presiones no cesaron, mientras el gobierno de Fernando De la Rúa, a punto de escapar de la Casa de Gobierno antes de cumplir su mandato, se había alineado desesperadamente con el menemismo en busca de apoyo, ordenando "dejar todo como está" con la causa AMIA. El mismo 22 de noviembre de 2001 en que la DAIA homenajeó a la Federal y en que se bloqueó la página WEB, se firmó el decreto Nº 1948 por el cual el titular de AMIA Hugo Ostrower, casualmente, fue designado en un
cargo en la Procuración General del Gobierno de la Ciudad.
Semanas después, y antes de fin de año, se blanqueó la situación: el Dr Luis Dobniewski (el abogado que había renunciado a seguir representando a la AMIA cuando se difundió que compró una propiedad en un country a la viuda del narco Escobar Gaviria) organizó en AMIA con el aval de su presidente Ostrower un "comité de apoyo a la querella" en sustento de todo lo realizado por el juez Galeano, y pidió que la comunicación institucional se pusiera al servicio de ello. En esa reunión, a la que me impusieron asistir, Dobniewski contó con el acompañamiento de los reputados juristas León Arslanian y Ricardo Gil Lavedra, entre otros. Semanas después, tras unos escasos meses de labor como coordinador del área de prensa y vocero para la causa AMIA, presenté mi renuncia escrita fundada en "diferencias irreconciliables" con la línea que se pretendía seguir. Posteriormente, se eliminó la cobertura del juicio.
A continuación, las cartas que documentaron lo ocurrido.
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