BRINDANDO SOBRE LOS ESCOMBROS

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viernes, 16 de septiembre de 2016

UN CUENTITO SOBRE LA "JUSTICIA POR MANO PROPIA"


DOS TIROS
                                   
 Y claro: ¿cómo no reaccionar así?.  Si lo estaban robando delante de sus propios ojos.  Según dicen, era el tercer pasacasete que le sacaban en el mes.  Y encima ahora las compañías de seguros no quieren ampararlo más.  Por la cantidad que se roban.  Es que no hay justicia.  Los ladrones entran por una puerta y al rato salen por la otra.  Y ese pobre hombre, padre de familia, contador prestigioso, de pronto, y sólo por haber defendido lo que es propio,  es detenido por la policía y tiene que soportar que lo enjuicien como si fuera un delincuente. ¡Si a cualquiera le puede pasar!.

Dos tiros le pegó.  En un caso así,  “in fraganti”, es para vaciar todo el cargador.  Si todos hiciéramos lo mismo, se acabaría la delincuencia en este país.
Si, sí,  a cualquiera le puede pasar.  Por eso hay que hacer causa común con el contador Estévez. Apoyarlo. Reclamar su inmediata libertad.
En momentos más pasarán por televisión “Dramadiario”. ¿Cómo habré salido?. ¿Pasarán completas mis opiniones?.  Porque es muy importante que no corten nada.  Que aparezca cuando dije que yo, en las mismas circunstancias, hubiera obrado exactamente igual.  Que no hay seguridad.  Que la policía llega tarde. Que el Poder Judicial no sirve.  Y que entonces cada uno tiene que defender su derecho de propiedad como mejor pueda.
Por que de eso se trata:  los bienes de cada uno de nosotros,  que tanto trabajo y sacrificio cuestan conseguir,  se hallan amenazados.  El derecho de propiedad,  contemplado en la Constitución Nacional, es reiteradamente violado. Sí, v-i-o-l-a-do.  Impunemente. ¡Uf!. ¿Quién llamará justo ahora?. Olaá, hable. ¿Quién es?. Ah, si, señor Fitipaldi.  Ya le dije que no tengo nada más que hablar con usted.  Hable con mi abogado.  Y bueno m´hijo, los negocios son así,  a veces se gana,  a veces se pierde.  Además usted sabe que las ventas habían bajado muchísimo.  Y, ¡qué quería que hiciera?, ¿qué pusiera plata de mi bolsillo?.  No señor, no le voy a permitir.  Sepa usted que la causa penal está en pleno trámite y mi defensor está probando que no hubo ninguna conducta fraudulenta de mi parte. ¿De las familias que quedan en la calle?. ¿Y qué quiere que le diga?. Yo no soy el ministerio de bienestar social.
Tocan el timbre... 
Fueron dos tiros.   
Los diarios preparan los grandes titulares del día siguiente.    

(cuento breve,  publicado por el autor el 29 de junio de 1990 en el periódico “Nueva Sión”,  a propósito del "caso del ingeniero Santos")

1 comentario:

  1. Me encantó el cuento, Horacio; breve, claro, contundente, premonitorio, bien escrito. Y tristemente cierto.

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