POR LA MEMORIA ACTIVA, DESDE 1992.

 

Mi nota:  editorial en "Nueva Sión" del 20 de abril de 1992, página 3.

Un mes después del atentado contra la Embajada de Israel acuñé en el periódico que dirigía el concepto de "memoria activa", ante las amenazas y como llamado al compromiso frente al terror y al olvido:

 

 

  

 

 

El enrarecido clima de los años 90 en Argentina, la consensuada falta de investigación del ataque explosivo, el paulatino desinterés en la verdad, y las complicidades con la red terrorista,  posibilitaron dos años después la reiteración de una matanza,  esta vez aumentada en la potencia del ataque y en la cantidad de víctimas:  86 muertos y centenares de heridos en pleno Buenos Aires.

 

Dias después del atentado a la AMIA participé de una reunión para la que el templo de la calle Libertad prestó su sede,  donde se discutió la necesidad de generar una voz independiente,  no alineada a la dirigencia comunitaria.

La enérgica convocatoria de la insustituible agrupación de familiares, amigos de las víctimas y adherentes, que comenzaban con sus históricos actos de todos los lunes,   fue publicada en "Nueva Sión" en la edición de Agosto de 1994:

 

 

 

Al cumplirse un mes de la masacre de la AMIA, el 18 de agosto del 94,  se realizó una concentración masiva sobre la calle Pasteur,  en las inmediaciones de los escombros de la mutual judía.    Finalizada la demostración,  en forma casi espontánea buena parte de la concurrencia marchó abigarradamente a Plaza Lavalle,  frente al llamado "Palacio de Justicia".  

 

Así lo reflejamos en la edición de Septiembre de 1994:

 

La foto de tapa muestra la multitud caminando hacia Plaza Lavalle,  tras participar del acto de la calle Pasteur.

La foto de abajo  -en páginas interiores-  muestra la plaza,  ya colmada de indignación.

Pasaron demasiados años.  Pero la lucha sigue siendo la misma:  memoria activa contra la impunidad y el olvido.