Ilustración de Langer, publicada en "Nueva Sión" Nro. 788 de diciembre de 1994. El amargo chiste del humorista plasmaba una realidad que este autor confirmaría junto a la periodista Miriam Lewin años después, tal como develamos en el libro "Iosi, el espía arrepentido": los servicios de inteligencia espiaban a la comunidad judía y no ayudaron a prevenir ni a esclarecer el atentado. Arriba: correo de lectores denostando la existencia de "dirigentes comunitarios colaboracionistas".
Setiembre de 1994: acompañados del humor corrosivo de Langer, denunciábamos el torcido accionar de los servicios de inteligencia. Y también advertíamos, en palabras de Rogelio García Lupo (ver más abajo) que "si se investiga a fondo, podría quedar salpicado el presidente y su familia".
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