He escrito centenas de notas críticas sobre las políticas de Israel, tanto respecto de Medio Oriente y el conflicto con los palestinos, como en su compleja relación con las comunidades judías y su nefasto rol en el desvío de las investigaciones de los atentados a su embajada en 1992 y a la AMIA en 1994. También sobre la espuria utilización de esos crímenes por parte de Netanyahu para inclinar la balanza en la disputa nuclear con Irán. Y dediqué buena parte de un libro ("Brindando sobre los Escombros") para detallar los orígenes de un censurable accionar que toma de rehén a la dirigencia comunitaria local.
Reiterado esto, manifiesto mi absoluto repudio a la quema de la bandera argentina y a las amenazas e intimidaciones dirigidas por militantes palestinos contra los jugadores de la selección argentina, y contra Leonel Messi en particular. Y agrego: