Tras la dictadura cívico-militar de 1976/1983 y la asunción del presidente Raúl Alfonsín, las intentonas golpistas se reiteraron, así como amenazas de bomba, incidentes violentos, y manifestaciones antisemitas e incluso abiertamente nazis. Sectores ultranacionalistas denominaban al gobierno de Alfonsín "la sinagoga radical", y revistas y panfletos xenófobos circulaban sin restricción. Por aquellos años, la Policìa Federal infiltró un agente secreto en la comunidad judìa para desentrañar sus "planes secretos".
En la céntrica calle Florida de Buenos Aires cotidianamente un grupo neonazi arengaba al público a reaccionar contra "la dominación judía", mientras se multiplicaban las llamadas intimidatorias a templos y escuelas judías:
Nueva Sion, mayo 1988, sobre los actos nazis en la calle Florida.
El creciente clima discriminatorio, y los todavía frescos recuerdos de los horrores producidos por la ideologìa nazi, y por la influencia del antisemitismo en los represores, en grupos paramilitares y en "mano de obra desocupada", así como en sectores políticos afines de ultraderecha, motivó una multitudinaria concentración sobre la avenida Còrdoba frente a Plaza Houssey, en la que se reclamó por la sanciòn de una ley antidiscriminatoria.
Los entretelones e internas de una demostración històrica, en la siguiente crónica:
Finalmente, en agosto de 1988 se aprobó la Ley 23.592. Estuve en el Congreso Nacional cuando se realizó el debate, y así lo reflejé:
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