Este tramo del alegato de José Ubeira, abogado de algunos de los policías de la provincia de Buenos Aires que fueron falsamente acusados por Telleldín tras recibir una coima de U$400.000 (y U$75.000 más en cuotas mensuales), me atañe personalmente. Se vincula a episodios que me tocó vivir dentro de AMIA, y que determinaron mi renuncia en el año 2002 como vocero de la mutual, tras una gestión de unos pocos meses de infructuosos intentos de forzar cambios y comunicar la verdad de lo que se estaba destapando en el juicio por el atentado ante el T.O.F. 3.
Es apenas una muestra más del blindaje mediático/judicial, y de la censura que siempre ha existido respecto al compromiso estatal y del establishment de la comunidad judía en el desvío de la pesquisa. En particular durante los primeros y decisivos años de la "investigación".
A continuación, la otra cara de los hechos que se describen en el fragmento de video: